Como ingeniera técnico forestal e ingeniera superior de montes, y tras ocho años de carrera y tres más trabajando como becaria, me parece indignante que la secretaria general de Medio Ambiente, María del Carmen Martorell, diga que 'dicho ministerio carece de personal y medios técnicos para desarrollar todas la competencias de su área', y lo que es peor, que no delegue éstas a las comunidades autónomas, subcontratando los servicios a terceros.
Los 16.000 millones de pesetas del Fondo Social Europeo destinados a formación ambiental para trabajadores no funcionarios terminan en la Fundación Biodiversidad, que hasta ahora se ha dedicado a impartir masters por la módica cantidad de 800.000 pesetas, cuando disponen de una subvención de los Presupuestos Generales del Estado, que pagamos entre todos.
Y yo me pregunto: ¿quién trabaja en este ministerio?
¿Sólo personal administrativo?
¿En cinco años no han convocado plazas para ingenieros o licenciados?
¿Cuál es el perfil del personal adecuado para un Ministerio de Medio Ambiente?
¿Se justificará en qué se gasta cada peseta de esta subvención?
Mi indignación es doble, porque me considero destinataria de estos cursos de formación y, a la vez, me considero personal capacitado para formar parte de este ministerio.
Puesto que no todos podemos permitirnos pagar un masters, seguiremos buscando un trabajo acorde a nuestra formación y vocación, quemándonos las pestañas para realizar oposiciones con pocas plazas y poco frecuentes.
Espero que el dinero no se lo lleve el viento y que el ministerio subsane 'su carencia de personal y medios técnicos' con la mejor cantera de ingenieros y licenciados que ha habido en este país.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2001