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CARTAS AL DIRECTOR

Total clarificación

La perversidad de la violencia hace que a menudo se califiquen livianamente actos deleznables que jamás debieron ocurrir. Por ello comparto algo que he escuchado en estos últimos días: 'No hay terrorismos buenos y menos buenos, ni malos y menos malos. Todos deben ser combatidos'. A veces, es difícil mantener la cabeza fría y el juicio sereno a pesar de los acontecimientos que han ocurrido y ocurren a nuestro alrededor. Aun así, es esencial que conservemos un punto de lucidez para mantener viva y atenta nuestra conciencia cívica.

Estos días ha pasado casi desapercibida la noticia de que el juez Garzón cierra el sumario por el asesinato en 1987, último atribuido a los GAL, de Juan Carlos García Goena, ante la imposibilidad de hacer 'una imputación concreta y definitiva contra persona alguna'. Las personas que amamos la democracia y creemos firmemente que un Estado de Derecho no puede ni debe utilizar los mismos métodos terroristas de quien dice combatir, tenemos el deber moral de pedir la total clarificación de estos hechos y exigir que se depuren responsabilidades, si las hubiere. El conocimiento de la verdad para que pueda haber una impartición efectiva de justicia y no exista impunidad ha sido y es una petición constante de las víctimas del terrorismo: se lo debemos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2001