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LIBER 2001

La narrativa de Fernando del Paso, en los dos primeros tomos de sus obras completas

Desde el atentado del último 11 de septiembre ya nada será igual, y los escritores no tienen otra alternativa que incorporar a su trabajo las sacudidas que afectan a la realidad. Estos días coinciden en Madrid distintas iniciativas que propician el encuentro entre autores que proceden de lugares distintos y que buscan, a través del diálogo, profundizar en los desafíos del oficio de escribir. En la Casa de América, ayer empezó el II Congreso de Nuevos Narradores Iberoamericanos. Hoy, el Círculo de Bellas Artes inaugura el encuentro euro-magrebí. Al mismo tiempo, los mexicanos Fernando del Paso y Laura Esquivel coinciden presentando sus libros. Son autores de orillas diferentes, pero tienen la palabra para saltarse todas las fronteras.

Dice festejar la lengua cada vez que escribe. Fernando del Paso (México, 1935), escritor amante de los detalles y los mosaicos, va a ver estos días publicados los dos primeros volúmenes de sus obras completas en la editorial Fondo de Cultura Económica. El número uno integra sus dos primeras novelas, José Trigo y Palinuro de México, que le descubrieron como uno de los narradores más ambiciosos de su país y como un novelista muy puntilloso, a veces pese a sí mismo. 'Hubiese cambiado toda mi obra porque me saliera El principito, de Saint-Exupéry, o Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll', confiesa.

En estos días, cuando en Madrid se reúne un congreso de jóvenes escritores latinoamericanos, Del Paso tiene cosas que decir a las nuevas generaciones. 'No sé si hoy se publicarían dos novelas así, no me extrañaría. Lo que sí me sorprendería es que se escribieran', afirma. 'Los jóvenes hoy tienen presiones de las editoriales, pretenden vivir de esto, nosotros no podíamos. Ahora sí es posible y no me parece mal, con tal de que sean honestos consigo mismos'.

Él cree haber cumplido ya una misión. Asegura que no va a volver a embarcarse en proyectos narrativos que le engullan diez años de su vida, como las dos mencionadas o Noticias del imperio, que completa el segundo volumen junto a Linda 67. 'Creo que ya no voy a seguir componiendo óperas en cinco actos, sino pequeñas sonatas', anuncia. Se dedicará a las obras de teatro, a la literatura infantil, a la pintura, modos de expresión que ya ha explorado, y a la relectura. 'Sencillamente, porque puedo volver a leer en lengua original obras que descubrí traducidas y eso me proporciona muchas satisfacciones'.

Del Paso reivindica el idioma como un tesoro. 'Es nuestro puente fundamental. Cuando me preguntan por mis influencias y digo autores franceses, ingleses, alemanes, me insisten en que dónde dejo a los clásicos españoles y yo siempre contesto lo mismo, que eso no son influencias, que son mis abuelos, mi sangre y mi leche'. Lo cuenta pese a experimentar también al español como una imposición. 'Es como una apisonadora que se traga a las lenguas pequeñas, pero yo la recibo como mi único idioma y con placer, con enorme gusto', cuenta.

Dos tomos más conformarán sus obras completas e irán apareciendo este año. En el tercero se incluirán ensayos y artículos periodísticos y en el cuarto la poesía y unas conferencias sobre El Quijote.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de octubre de 2001