El Espanyol hizo fortuna ayer en el Nuevo Zorrilla, un campo que se ha convertido en un filón para quienes lo visitan. El Valladolid no logra ganar un partido en su terreno desde el 15 de abril y ayer volvió a perder ante un rival que precisamente desde aquella misma fecha no vencía lejos de Montjuïc.
El Espanyol, con muchos apoyos en el centro del campo, logró un despliegue que atribuló a la defensa del Valladolid, muy permeable. El equipo de Pepe Moré dejó demasiados metros entre líneas. Echó de menos a Tena, Lozano y Blanco y se vio zarandeado por las triangulaciones de la medular del equipo españolista en el que Àlex Fernández estableció una conexión permanente con Toni Velamazán por la derecha, De Lucas por la izquierda y Martín Posse, que basculó continuamente entre los centrales vallisoletanos, incapaces de echarle el lazo.
VALLADOLID 0| ESPANYOL 1
Valladolid: Ricardo; Javier Torres, Peña, Santamaría (Eusebio, m.75), Marcos; Caminero, Ricchetti, Fernando (A.López, m.15); Tote; Sales (Ciric, m.67) y Turu Flores. Espanyol: Argensó; Fran, Lopo, Rotchen, Ricardo Cavas; Toni Velamazán, Àlex Fernández, Morales, De Lucas; Martín Posse y Tamudo (Benítez, m.81). Gol: 0-1. M.30. Martín Posse remata de cabeza un centro desde la derecha de Àlex Fernández. Árbitro: Ansuátegui Roca, del colegio valenciano. Mostró tarjeta amarilla a Ricardo Cavas, Lopo, Fran, De Lucas, Caminero y Peña. Estadio Nuevo Zorrilla. Unos 10.000 espectadores.
De Lucas y Tamudo llevaron por la calle de la amargura a la defensa del Valladolid. La primera advertencia corrió a cargo del delantero con un cabezazo que rechazó Ricardo a duras penas. Y de manera similar y atípica llegó el tanto del Espanyol. El rechace de la defensa a la salida de un córner fue a parar a la misma esquina en la Àlex Fernández repitió el centro. Pero esta vez los blanquivioletas no estaban tan pertrechados y Àlex observó la llegada al hueco de Martín Posse que conectó un cabezazo a quemarropa, inapelable.
El Valladolid espabiló tras encajar el tanto pero, salvo un cabezazo de Sales que sacó Àlex en la línea de gol, apenas perturbó la impecable labor de contención del Espanyol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de octubre de 2001