Ha llegado el otoño y parece que pocas cosas han cambiado o tienen poca pinta de cambiar. Como en los horarios de tren: no se han molestado en cambiar nada y una vez más se demuestra la poca seriedad en temas que conciernen al ciudadano de a pie. Patético y ridículo horario de regionales, sólo 2 por la mañana a Valencia y ninguno por la tarde; en dirección inversa, ni uno por la mañana y sólo uno para ir a Barcelona por la tarde. Esto es lo que nos ofrecen Renfe y la Administración: pagar precios abusivos para viajar a las capitales -¡vaya lujo, señores!- y no poder satisfacer las necesidades de la mayoría de la población. O nos movilizamos y seguimos exigiendo o nos tomarán por el pito del sereno y seguiremos careciendo de las comunicaciones que nos merecemos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de octubre de 2001