Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

Dos raseros

El 30 de septiembre Madrid estaba cortado el centro para dar paso a la Vuelta Ciclista. Pero no sólo se prohibía el paso a los automóviles, sino también a los peatones, mucho antes de que fueran a pasar los corredores. Es sorprendente la afición y entusiasmo que ponen nuestros ediles y alcalde en este tipo de manifestaciones deportivas, incluso cuando los monumentos de la ciudad sufren con ello. ¿Por qué, sin embargo, se presta tan poca atención a los deseos de los ciclistas aficionados, que no pueden usar la bicicleta por la ciudad ni siquiera el domingo, ya que no se les destina ningún circuito?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de octubre de 2001