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Crítica:MOTOS | PRUEBA

Cóctel conseguido

Combina soluciones de tres tipos de moto: gran turismo, 'sport' y superdeportiva

LA YAMAHA FJR 1300 es una gran turismo que cumple sobradamente todo lo que exigen estas motos, pensadas para los viajes largos: es grande, lujosa, cómoda para conductor y pasajero, con capacidad de carga, buena autonomía... y prestaciones sobresalientes. Pero es en este último aspecto donde la FJR marca la diferencia con otras rivales. Casi se puede decir que Yamaha ha inventado un concepto nuevo: la gran turismo de altas prestaciones. Cuesta 2.399.000 pesetas y aplica soluciones de las motos sport y superdeportivas.

La marca japonesa ha elaboraso este cóctel utilizando la base de la deportiva R-1, con un chasis que recuerda en su comportamiento a las sport y un cambio de cinco velocidades con transmisión por cardan, que evita el mantenimiento de las cadenas y tiene una mentalidad más cercana a las gran turismo. Al igual que el lujoso equipamiento, la completa instrumentación y el parabrisas regulable eléctricamente, que reflejan su espíritu viajero y exclusivo.

MECÁNICA EQUILIBRADA

El motor comparte la base del de la R-1: cuatro cilindros en línea refrigerado por agua, pero con la cilindrada aumentada a 1.300cc. Rinde 145 CV a unas conservadoras 8.000 vueltas, lo que se traduce en un comportamiento suave y muy elástico, aunque con una fuerza y respuesta impresionantes.

Además, el motor forma parte de la estructura, junto al bastidor de aluminio, y aumenta la rigidez. Las suspensiones son convencionales pero eficaces, con una horquilla telehidráulica delante y un monoamortiguador atrás, que se puede regular en dos posiciones: blanda y dura. Esta solución permite equilibrar las diferencias de peso atrás, según viaje solo el piloto o lo haga con pasajero y maletas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de octubre de 2001