La Organización Mundial de Comercio (OMC) ha remitido de urgencia a sus 142 miembros el primer borrador de la declaración de la cumbre de Doha (Qatar), prevista para los días 9 a 13 de noviembre. Queda un mes y aún hay muchos desacuerdos para lanzar la ronda de liberalización del comercio mundial tras el fracaso de la reunión de Seattle, en la que empezaron las protestas antiglobalización.
El comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, inicia hoy una gira por Mercosur para negociar la agenda de la ronda de Doha. Mike Moore, el director general de la Organización Mundial de Comercio, está desesperado y sus razones tiene. Comenzó su mandato en la OMC con el fracaso de la cumbre de Seattle a finales de 1998 y está punto de irse con otro, la cumbre de Doha (Qatar) en noviembre próximo.
La puesta en marcha de una nueva ronda de liberalización comercial mundial ya estaba en serio peligro de no llevarse a cabo por los desacuerdos entre la UE, EE UU, Japón y los países en vías de desarrollo antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre. Ahora, tras los atentados y dentro del escenario bélico, peligra incluso la propia celebración de la cumbre.
Ante esta perspectiva, la OMC se apresuró a confirmar que todo seguía en pie, la cumbre y el objetivo de lanzar la ronda. Unas dos semanas después de los atentados, Moore y el ministro de Finanzas qatarí, Yusef Husain Kamal, ratificaron de forma conjunta la celebración de la cumbre y sus respectivos compromisos para que todo salga bien. Unos días después, Moore y Stuart Harbison, presidente del consejo general de la OMC, presentó a los 142 países que la componen el borrador de Doha.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de octubre de 2001