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Moscú respalda el ataque y cree que es conforme a la ONU

El presidente ruso, Vladímir Putin, que ayer cumplió 49 años, fue informado del comienzo de la operación antiterrorista por su colega George W. Bush durante una conversación telefónica mantenida poco antes de que los misiles de crucero estadounidenses comenzaran a caer sobre Afganistán.

Después de esa conversación, Putin se reunió con el director del Servicio Federal de Seguridad Nikolái Pátrushev, el ministro de Defensa Serguéi Ivanov, y el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, Anatoli Kvashnín para analizar la situación creada. Durante su reciente visita a Bruselas, Putin ya exculpó a EE UU por las posibles víctimas entre la población civil que pueden causar los bombardeos.

El ministro de Exteriores Ígor Ivanov mantuvo una reunión urgente de los dirigentes de la diplomacia rusa, después de la cual Moscú hizo pública una declaración en la que subraya que el régimen talibán se enfrentó a la comunidad internacional y asegura que el ataque estadounidense se realiza en conformidad con la Carta de la ONU.

Rusia había permanecido vacilante ante la operación de venganza anunciada por Bush después de los atentados del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington. Pero después de una larga conversación mantenida entre el presidente estadounidense y Putin, éste se definió, y en un mensaje televisivo a los rusos el 24 de septiembre pasado anunció que ayudará a la Casa Blanca. El líder ruso dijo que su país "cooperará activamente a través de los servicios secretos"; que cederá su espacio "para que los aviones puedan transportar cargamentos humanitarios a la zona donde se realiza la operación antiterrorista"; que está dispuesto, "si es necesario, a participar en operaciones internacionales de búsqueda y salvamento", y que suministrará armas a la Alianza del Norte, la coalición antitalibán.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de octubre de 2001