El PP y el Gobierno han descartado facilitar en estos momentos una salida al pacto sobre la renovación de cargos constitucionales (Tribunal de Cuentas, Constitucional y Consejo General del Poder Judicial) al negarse a rectificar públicamente al vicepresidente económico, Rodrigo Rato, que destrozó ese acuerdo con su réplica parlamentaria del pasado miércoles sobre los 'chantajes' de los socialistas para nombrar a determinados amigos de José Luis Rodríguez Zapatero.
El PP no sólo no ha desautorizado a Rato sino que ha multiplicado sus muestras de apoyo, incluso con palabras del presidente José María Aznar. Los populares no darán un paso atrás y hoy mismo retarán al PSOE de nuevo al fijar esta tarde la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, en la comisión de nombramientos que preside, el día 11 para que los candidatos consensuados antes de la intervención de Rato entre ambas formaciones pasen su previsto examen parlamentario.
Ayer, el PP registró en la Cámara todos los currículos de los aspirantes a esos órganos, incluso los auspiciados por el PSOE y otros partidos, para subrayar que el acuerdo estaba ya cerrado y que la respuesta de los socialistas ha sido muy 'desproporcionada' por un rifirrafe de unos minutos frente a un asunto tan relevante. El PP tiene la intención de que ese pacto sea refrendado por el pleno del Congreso del día 24, el primero que se celebre tras el parón programado por la campaña electoral gallega.
'Votación fallida'
El PSOE continúa a la espera de una 'rectificación', explicación o gesto de Rato que le permita olvidar ese incidente parlamentario, que colocó a Rodríguez Zapatero en una situación desairada ante la opinión pública. El PSOE no se contenta con las adhesiones privadas que dice haber recibido del PP. Si no se producen reconsideraciones públicas, los socialistas esperan que el PP no someta a votación esas candidaturas en un 'acto fallido'. Sin los votos del PSOE, la renovación no se producirá, aunque los socialistas esperan que otros grupos que se han quejado de cómo se llevó esta negociación, como CiU y PNV, dejen solo al PP.
'¿Cómo es posible que el vicepresidente económico del Gobierno siga adelante en un proceso que para él no es otra cosa que un chantaje?', se preguntaban ayer interlocutores de la dirección del PSOE.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de octubre de 2001