El alcalde de San Sebastián, Odón Elorza (PSE-EE), volvió ayer a distanciarse de la dirección del partido. 'Hace falta un cambio radical', dijo, de las personas que ocupan puestos de responsabilidad en el PSE-EE. Las declaraciones rubricaron un fin de semana con su nombre en el centro de la polémica. Pidió el sábado, por segunda vez desde la celebración de los comicios vascos, y de nuevo ayer, la celebración de un congreso extraordinario para definir la nueva línea política del partido. El secretario general, Nicolás Redondo, le contestó de inmediato: 'No seré un obstáculo para nadie' si existe el suficiente respaldo.
'El PSE-EE necesita no sólo adecuar la estrategia de una vez por todas y establecer un discurso mucho más ilusionante, sino encarnar todo ello en nuevas personas', justificó el alcalde donostiarra. Elorza, partidario de la tercera vía -intermedia entre nacionalistas y no nacionalistas-, del 'vasquismo' en la política y la 'búsqueda de soluciones a las problemáticas de Euskadi', fue moderado en su discurso.
Dijo que tiene claro que los dirigentes del partido socialista en Euskadi no permanecen en sus puestos 'por apego' al sillón. 'Son conscientes de que si la línea del partido cambia, evidentemente, debe cambiar la dirección'. Pero asegura que no se ha planteado asumir responsabilidades en el seno del PSE-EE. 'Yo defiendo mis posiciones', dijo, 'pero nunca he intentado ni aspirado a ningún puesto de dirección'. Elorza marcó hasta el final las distancias con su partido. Anunció que va a colaborar 'mucho' con la Conferencia de Paz por el diálogo y el acuerdo, impulsada por el movimiento social Elkarri, 'le guste o disguste a quien sea'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de octubre de 2001