Me desborda la vergüenza ajena tras oír en directo y en diferido (es decir, no he oído mal) cómo el presidente del Gobierno español confunde y trabuca los verbos 'infligir', 'afligir' e 'infringir' en su alocución del domingo 7 de octubre.
¡Caray con nuestro representante ante el mundo!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de octubre de 2001