Comprendo que no es posible realizar una edición a la carta, pero es fácil suponer que no es del gusto de los melómanos saber nada del mundo de los toros, y viceversa, que no es de interés para estos aficionados a la lidia ninguna noticia de Mozart.
Por ello, le ruego encarecidamente separe estos dos mundos tan distantes en páginas distintas. Muchas gracias de antemano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de octubre de 2001