ATLETICO
Sergio; Otero, García Calvo, Hibic, Antonio López (Stankovic, m. 41); Aguilera (Jesús, m. 52), Nagore, Colsa, Nagore, Luque (Amaya, m. 30); Fernando Torres y Diego Alonso.
RAYO
Los rojiblancos no sólo se quedaron en inferioridad para los restos, sino que perdieron al único futbolista capaz de sostener su cada vez más débil dispositivo defensivo.A partir de entonces, el Rayo le pasó por encima, sacándole al aire la cantidad de carencias que acumula cuando rebaja su alineación.
Sin Burgos, Armando, Carreras, Movilla, Correa y Stankovic, al que Aragonés trató de acudir cuando era tarde, cuando la cita pedía un sobreesfuerzo físico, precisamente el punto débil del yugoslavo, los rojiblancos enseñaron mucha mediocridad: Otero, Amaya, Hibic, Colsa, luego Jesús... El Atlético fue ruina defensiva, desastre en la elaboración e incapacidad en ataque. No tuvo ideas ni oxígeno para sobreponerse a la inferioridad numérica. No le alcanzó con Fernando Torres, que ha vuelto empequeñecido del Mundial sub 17, y con Aguilera. Y el Rayo se dio un baño de autoestima. Helder y Pablo Sanz marcaron los tiempos, Luis Cembranos hizo diabluras y Bolo, siempre causando estragos en la defensa, alternó solo ante Sergio su versión letal y la fallona. El Atlético se mantuvo uniforme: siempre en calamidad.