Los analistas estadounidenses George A. Akerlof, A. Michael Spence y Joseph E. Stiglitz han sido galardonados con el Premio Nobel de Economía 2001 "por sus análisis de los mercados con información asimétrica", según informó ayer la Real Academia Sueca de las Ciencias en un comunicado. La Academia precisa que los tres economistas han desarrollado sus estudios en la década de los setenta y han coincidido en investigar el efecto de la sociedad de la información en las decisiones de los agentes económicos.
La Real Academia de Ciencias de Suecia, que otorga el premio de Economía creado por el Banco Nacional en memoria de Alfred Nobel, resolvió otorgarlo este año a los economistas estadounidenses George A. Akerlof, A. Michael Spence y Joseph E. Stiglitz, por sus trabajos sobre los mercados con asimetría de información; es decir, aquellos en los que los distintos agentes que actúan sobre un mismo mercado manejan niveles diferentes de información que marcan sus decisiones.
Mercados de información asimétrica son, por ejemplo, aquellos en que los prestatarios disponen de mejor información que los prestamistas sobre sus posibilidades de reembolso de un crédito o aquellos en los que la junta directiva de una compañía tiene más datos sobre su rentabilidad que sus accionistas.
La Academia destacó que el trabajo de los premiados constituye el núcleo duro de la teoría moderna de la economía y la información, hasta el punto de que los actuales modelos de análisis económico son impensables sin el componente de la información asimétrica. Esta teoría ha constituido un campo vital de investigación durante más de dos décadas y sus fundamentos fueron sentados en los años setenta por los economistas galardonados ayer.
Sus aplicaciones han sido innumerables desde entonces y comprenden desde los tradicionales mercados agrícolas hasta los modernos mercados financieros y bursátiles de todo el mundo. La información asimétrica ha constituido durante largo tiempo un desafío de primer orden para la teoría económica por la validez de sus análisis sobre la marcha de la economía contemporánea.
Joseph Stiglitz, de 58 años y profesor de la Universidad de Columbia; George Akerlof, de 61 años y docente de la Universidad de California, y Michael Spence, de 58 y profesor de la Universidad de Stanford, compartirán los 950.000 dólares (un millón de euros) del Nobel.
El primero de ellos es el más conocido por su labor como economista jefe del Banco Mundial (BM) y por haber tenido un papel muy importante en las intervenciones de este organismo financiero internacional en países como Rusia, Indonesia y Brasil. Ayer mismo hizo honor a su fama de franco y criticó abiertamente el plan de reactivación económica ideado por George W. Bush. En su opinión, debería profundizar más en las ayudas al desempleo.
Clave para el análisis
Stiglitz, considerado por la Academia como "uno de los fundadores de la economía del desarrollo moderno", ha demostrado que la información asimétrica es clave para entender muchos fenómenos de los mercados, incluido el desempleo y las políticas crediticias.
Con su investigación, puso también en evidencia cómo un agente sin información puede captar la información de un agente mejor informado y utilizarla en su beneficio. "Muchas de las contribuciones de Joseph Stiglitz han transformado el modo en que los economistas piensan con respecto al funcionamiento de los mercados", subrayó la institución sueca.
Las investigaciones de Akerlof caminan en el mismo sentido y han sido pioneras para explicar cómo la información desigual de la que disponían concesionarios de créditos y sus beneficiarios disparó las tasas de interés en los mercados del Tercer Mundo.
Además de sus investigaciones sobre la asimetría de la información, Akerlof ha desarrollado la teoría económica en sus lazos con la sociología y la antropología social. Su más notable aportación se refiere a la eficiencia del uso de la información en el trabajo de los mercados.
Spence, por su parte, describió una importante forma de ajuste del mercado desde acciones individuales, en las que los agentes mejor informados intentan favorecer sus resultados económicos, transmitiendo los datos en su poder a los peor informados. En esta circunstancia se inscribiría, por ejemplo, el reparto de dividendos por parte de las compañías como un intento de señalar a los mercados la rentabilidad de la empresa.
Akerlof, Spence y Stiglitz recibirán su diploma y medalla de oro en la Konserthuset, sala de conciertos de Estocolmo, de manos del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia el 10 de diciembre próximo, fecha aniversario de la muerte de Alfred Nobel. El Nobel de Economía fue instituido por el Banco Central de Suecia en 1968 -su título oficial es Premio de Economía en memoria de Alfredo Nobel- y es financiado íntegramente por dicha institución monetaria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de octubre de 2001