Un aerotaxi de la compañía Flight Line que cubría el trayecto entre Barcelona y Orán (Argelia) y en el que viajaban ocho empresarios norteamericanos y dos tripulantes españoles desapareció ayer cuando volaba a la altura de Castellón. La policía aseguró que, según las primeras investigaciones de los hechos de que dispone, se trata de un accidente de aviación y descartó una acción terrorista vinculada con la situación internacional y como represalia al bombardeo de Afganistán por Estados Unidos. La zona del Levante español se vio afectada ayer por un temporal de lluvia y vientos que alcanzaron los 120 kilómetros por hora y que podrían haber afectado al vuelo del aerotaxi.
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La avioneta despegó del aeropuerto de El Prat (Barcelona) a las 10.10 horas con ocho pasajeros a bordo -empresarios norteamericanos, según coincideron en explicar las delegaciones del Gobierno en Cataluña y la Comunidad Valenciana- y dos tripulantes españoles. A las 10.41, la nave contactó con el aeropuerto de Manises y solicitó cambiar la ruta inicialmente prevista a causa de las tormentas y de esa manera poder aterrizar en Valencia. Un minuto después, el radar de ese aeropuerto perdió el rastro del avión, cuando se encontraba a la altura de las islas Columbretes, en Castellón. Ya no se volvió a saber nada más del aerotaxi, que tenía prevista su llegada a las 13.00 a Orán (Argelia).
Alrededor de las doce del mediodía se iniciaron los trabajos de búsqueda, coordinados por el Ejército del Aire. Un avión y un helicóptero del escuadrón 801 con sede en Palma de Mallorca y otros tantos efectivos del escuadrón 803 con sede en Madrid rastrearon las aguas entre las islas Columbretes y las Baleares sin hallar rastro del aparato o de sus ocupantes. En las tareas participaron, además, dos unidades del SAR (Servicio Aéreo de Rescate) y al menos un helicóptero de Salvamento Marítimo de Valencia y otro de Salvamento Marítimo de Mallorca. La Delegación del Gobierno de la Comunidad Valenciana confirmó también la participación de varias lanchas, sin precisar el número, enviadas desde Valencia, Castellón y Palma de Mallorca. Los barcos de la zona también fueron alertados por si podían facilitar alguna noticia sobre el paradero del avión en aguas del Mediterráneo.
Pasadas las 20.30, los trabajos de búsqueda por aire quedaron suspendidos a causa de la falta de visibilidad y sólo se mantenían rastreando la zona los equipos de rescate submarino. Aunque no se descarta ninguna hipótesis, Aviación Civil considera que lo más probable es que la avioneta haya caído al mar a causa de las fuertes rachas de viento que afectaron ayer al Mediterráneo y que llegaron a alcanzar los 120 kilómetros por hora.
Precisamente ayer, la Comunidad Valenciana se encontraba en estado de pre-emergencia por lluvias. Un frente se acercaba hacia la costa procedente del mar. Sin embargo, el parte del Instituto Meteorológico de la Comunidad Valenciana anunciaba fenómenos adversos en el mar para la zona sur de Alicante, sin hacer especial mención a la situación en las aguas próximas a Castellón, donde se encuentran las islas Columbretes.
Anoche continuaba la búsqueda sin hallar rastro alguno de la aeronave siniestrada. Los ocho empresarios norteamericanos realizaban un viaje de negocios y utilizaron el aerotaxi de la compañía Flight Line, con sede en Barcelona. Este medio de transporte se emplea habitualmente en vuelos chárter o como medio de paquetería.
Hipótesis policial
La Jefatura Superior de Policía de Cataluña aseguró anoche que por los datos de que se disponen no existe ningún indicio para pensar que pueda tratarse de un atentado terrorista que guarde relación con la situación mundial creada tras los atentados ocurridos el 11 de septiembre en Estados Unidos. Las mismas fuentes aseguran que todo indica que se trata, por el contrario, de un accidente de aviación probablemente causado por el fuerte temporal. Según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, los agentes del aeropuerto de El Prat recibieron el aviso de la desaparición, procedente de Aviación Civil, a las 17.15 horas, varias horas después de que se perdiera el contacto.
El consulado de EE UU en Barcelona y la Embajada norteamericana en Madrid no ofrecieron anoche ninguna información sobre la identidad de los tripulantes o las causas que rodearon el accidente, ya que tenían conectados los contestadores automáticos propios de los horarios fuera de oficinas. Lo mismo ocurría con la compañía Flight Line.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de octubre de 2001