Los precios en Alemania se mantuvieron estables en septiembre, en línea con lo sucedido en España, y la inflación interanual alcanzó el índice más bajo de todo el año, con un 2,1%, según los datos publicados ayer por la Oficina Federal de Estadísticas. La moderación vino de la mano del del descenso de los precios del petróleo, que cayeron un 8,2% frente a idéntico mes de 2000.
La inflación anual de la mayor economía de la zona euro todavía se había situado en el 2,6% durante julio y agosto, pero todo apunta hacia un cambio de tendencia. Frente al buen comportamiento de los precios de la energía, sin embargo, se encarecieron los productos de consumo diario: la fruta costó un 11,7% más que en el mismo mes del año pasado, mientras la carne y los productos lácteos y los huevos registraron subidas del 9% y el 8%, respectivamente. De no ser por la bajada del crudo, la inflación internacional habría alcanzado una tasa del 2,7%.
Mientras las tensiones inflacionistas remiten, otro problema comienza a amenazar a Alemania. El número de parados podría superar la barrera de los cuatro millones este invierno, lo que obligaría al Gobierno a desembolsar 1.200 millones de euros para financiar las prestaciones, según fuentes gubernamentales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de octubre de 2001