El veto decretado en mayo a la entrada de la sociedad estatal Électricité de France (EdF) en Hidroeléctrica del Cantábrico será levantado hoy por el Consejo de Ministros en el contexto de un acuerdo, sancionado ya por la Comisión Europea, que compromete a Francia a cuadruplicar para el año 2010 la capacidad de transporte de energía eléctrica hacia España. El presidente del Gobierno, José María Aznar, el presidente de la República Francesa, Jacques Chirac, y su primer ministro, Lionel Jospin, ratificaron ayer ese compromiso.
La insuficiente interconexión eléctrica con Francia es motivo de una vieja queja de España, que considera que los 1.100 megawatios (Mw) en que se cifra la capacidad de transporte existente limitan mucho el acceso español al mercado europeo de esta energía. Para resolver el problema, se llegó en los años ochenta al acuerdo de construir una nueva línea transpirenaica de alta tensión y España tendió incluso varios kilómetros de postes en el tramo conocido como Cazaril-Aragón, pero Francia paralizó el proyecto por las protestas de sus ecologistas. El plan quedó descartado y París indemnizó a Madrid por las obras realizadas.
La OPA de EnBW
El contencioso cobró mayor virulencia en tiempos recientes debido a dos circunstancias: el impulso dado por la UE en marzo de 2000 en Lisboa a la construcción del mercado europeo de la energía y la OPA lanzada en septiembre del mismo año por Ennergie Badan-Württemberg (EnBW), filial alemana de la sociedad estatal francesa EdF, sobre Hidrocantábrico.
Aznar, promotor junto a los primeros ministros del Reino Unido, Tony Blair, y de Portugal, Antonio Guterres, del llamado Proceso de Lisboa, que va a ser uno de los ejes fundamentales de la presidencia española de la UE durante el primer semestre de 2002, se convirtió en el paladín de las privatizaciones y de una apertura de los mercados energéticos que no se podrá llevar a cabo si las interconexiones transfronterizas son insuficientes. El pasado mes de marzo, durante el Consejo Europeo de Estocolmo, Aznar criticó abiertamente a Francia, que ni privatiza su industria eléctrica ni desarrolla la interconexión con España.
Poco después, en abril, EnBW extendía su OPA al 100% de Hidrocantábrico y lograba el 59,6% de su capital con una inversión de unos 300.000 millones de pesetas. El 7 de mayo Rato puso el veto a la operación. En medios diplomáticos franceses empezó a señalarse la contradicción de que España quisiera importar más electricidad del extranjero mientras rechazaba el aumento de la producción interior que pudiera derivarse de la inversión francesa vetada. Las dos disputas quedaron ligadas.
Basándose en las propuestas de ambas partes, el Ejecutivo comunitario autorizó el pasado 26 de septiembre la OPA de EnBW sobre Hidrocantábrico, a condición de que Francia facilite la ampliación de las cuatro interconexiones eléctricas existentes con España hasta alcanzar los 1.400 Mw en 2002, los 2.600 Mw en 2005 y los 4.000 Mw en 2010.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de octubre de 2001