Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

Islam y cristianismo, entendimiento obligado

Nunca, como en estas dos últimas semanas, hemos recibido tanta información, a través de los medios de difusión social, de los países del islam.

Sentimientos de contraste, ¡qué diferentes somos!, y de compasión, invaden nuestra mentalidad cartesiana europea.

Algunos sectores islámicos nos dan miedo por su primitivismo cultural, fácilmente arrastrados por el fanatismo de algunos de sus líderes religiosos o militares. Su inmensa mayoría pide, con los ojos abiertos y manos extendidas, pan, cultura, bienestar y futuro para sus hijos. No es de extrañar que esta mezcla de indigencia, desesperación e injusticia colectiva explote, inesperadamente, con tanta agresividad, atacando los signos de mayor orgullo de nuestra civilización. Es la reacción de quien destruye por despecho aquello que ansía, pero que le está vedado poseer.

El islam y las naciones de tradición cristiana no podemos seguir dándonos la espalda, estamos obligados a entendernos, a trasvasarnos virtudes, filosofías y bienes materiales que nos puedan complementar y enriquecer. Con sólo una parte de lo que estamos invirtiendo en atacarnos y defendernos, bastaría para establecer lazos de mutuo conocimiento y comprensión. Al fin y al cabo, el planeta Tierra es de todos y no tenemos otro.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de octubre de 2001