¿Cómo es posible que para elegir a los miembros del Tribunal Constitucional sean necesarios los votos de tres quintos del Congreso y que nada menos que para decidir que nuestro país entre en guerra sea suficiente con una mera decisión gubernamental, que no requiere aprobación parlamentaria (ni siquiera con mayoría no cualificada)?
¿Qué cree el Gobierno que preocupa más a la ciudadanía en la actualidad: el bloqueo que 'sufrimos' en la elección de los miembros de dicha institución?
Paradojas de un sistema que se dice democrático.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de octubre de 2001