Me dirijo a los vecinos de esta calle, que por ignorancia de lo que es hoy Cáritas con sus usuarios, están impidiendo que se ayude a estos enfermos.
Yo, Angela puedo decir por derecho, como usuaria de esta entidad, que es lo mejor que he encontrado en mi vida. Están a cualquier hora para atenderte, con psicólogos especialistas, orientadores, amabilidad y cariño, que es lo que estos enfermos necesitan.
A los residentes de esta zona, les invito a conocer más esta institución y podrán hacer un juicio más acertado. Les ruego más amor por la humanidad y dar la mano al que está caído, no pisarlo para que no se pueda levantar. ¡Ayudemos a estas personas! Mañana pueden ser nuestros hijos, nietos, etc.
(Al Sr. Alcalde, que les hable a sus vecinos de la obligación moral que tenemos hacia las personas tan necesitadas de todos).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de octubre de 2001