Hace unos pocos días, celebrábamos a bombo y platillo el Día Mundial de las Aves. En opinión de ATEA, la celebración -o reivindicación- se queda corta, por lo que sugerimos que se incluyan algunas actividades más entre las que se programan habitualmente con dicho motivo. Por ejemplo, nos gustaría que se organizaran visitas a granjas industriales de pollos, gallinas o pavos (que son aves, exactamente igual que los cormoranes o las águilas reales), para ver en qué terribles y crueles condiciones hacemos vivir a millones de animales inocentes porque su carne o sus huevos nos gustan.
También se podría visitar una instalación de patos, ocas o gansos donde se produce el preciado paté, para ver cómo a estas aves se les tortura cotidianamente hasta que su hígado enferma y se convierte en un delicioso manjar. Otra posibilidad podría ser ver en vivo cómo se captura y se gasea masivamente a palomas , porque hemos decidido unilateralmente que molestan en nuestras ciudades.
Y una última actividad que sugerimos, consistiría en participar en una jornada de caza, para ver cómo aves de distintas especies son tiroteadas por placer a manos de los aficionados. Si no estamos dispuestos a incluir este tipo de actividades en el día de las aves y preferimos hacer una discriminación arbitraria entre distintas especies en función de nuestros intereses, tal vez deberíamos ser un poco más honestos y cambiar el nombre de la jornada. Proponemos Día Mundial de Algunas Aves.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de octubre de 2001