De la depresión a la euforia.Iberdrola, víctima propiciatoria para posibles OPA, ha salido de la semipostración en que se hallaba tras el fracaso de su absorción con Endesa. Ha reivindicado ante los mercados, avalando su pretensión con el cambio de su equipo directivo y con un nuevo plan estratégico, mayor protagonismo en el mapa eléctrico que se está configurando. La eléctrica vasca quiere duplicar su tamaño y sus beneficios entre 2002 y 2006 y va a destinar dos billones de pesetas a este objetivo.Los analistas, que evalúan con prudencia esas nuevas metas de Iberdrola, destacan su renovada ambición y el dinamismo de sus nuevos gestores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de octubre de 2001