Haritz A. R., presunto asesino del industrial guipuzcoano Patxi Alonso fue hallado muerto el viernes en su celda de la cárcel donostiarra de Martutene, a 10 días de la fecha fijada para la vista oral en la Audiencia Provincial de Guipúzcoa.
Fuentes policiales señalaron que se trata de un suicidio. Los funcionarios del centro penitenciario encontraron sin vida al recluso, de 23 años y vecino de Lasarte, sobre las 8.00 horas. Estaba de pie y tenía una sábana atada al cuello y a uno de los barrotes de la celda. Dos horas y media más tarde, el juez de guardia ordenaba el levantamiento del cadáver.
Haritz A. R. llevaba tan sólo cuatro días en la prisión de Martutene; desde el pasado día 7, cuando fue trasladado desde la cárcel vizcaína de Basauri por la proximidad del juicio con jurado. La vista en la Audiencia Provincial de Guipúzcoa estaba prevista para el 22 de noviembre con una petición fiscal nada esperanzadora: 30 años de prisión, por presunto asesinato, en el que supuestamente tuvo como cómplice a Miguel Ángel G. I., de 30 años, ahora único procesado en la causa. El fiscal solicita para él 10 años de cárcel.
Los hechos se remontan al 1 de octubre de 1998. En su calificación provisional, la Fiscalía señala que el reo fallecido decidió asesinar a su jefe, el propietario de Grúas Euskal Herria, Patxi Alonso, por sus diferencias en el trabajo. Ese día dejó a su presunto cómplice en las inmediaciones de la empresa, en el polígono Eziago de Hernani, cargó una escopeta, entró en el interior de la nave, mató a Alonso de dos disparos por la espalda y abandonó el lugar. Poco después relató lo ocurrido a su cómplice y éste se ofreció a ocultar el cuerpo. Ambos, afectados de patología mental, enterraron el cadáver en un paraje del monte Ulia, de San Sebastián. El cuerpo fue hallado 59 días después, gracias a la confidencia realizada por un paciente del Hospital Psiquiátrico donostiarra a la Ertzaintza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de octubre de 2001