Desde la lejanía del círculo central, Iván Ania logró el gol de la Liga. El zurdo del Tenerife se encontró con un balón que botaba allá en el centro del campo y no se lo pensó dos veces. Lanzó una parábola que cogió adelantado a Unzue, que se lanzó sin poder alcanzar aquel envío perfecto. Un golazo digno de ser visto una y otra vez y que no hizo sino certificar el justo triunfo del Tenerife.
OSASUNA 0| TENERIFE 2
Osasuna: Unzue; Jusué (Montenegro, m.68), Contreras, Cruchaga, Rivero, Yanguas; Alfredo, Gancedo, Fernando (Lekumberri, m.58), Iván Rosado; y Armentano (Aloisi, m. 58) Tenerife: Julio Iglesias; Javi Venta, Pablo Paz, Lussenhoff, Basavilbaso; Manel, Bino, Iván Ania (David Charcos, m.85), Jaime; Xisco (Martí, m. 73) y Fuertes (Marioni, m.63). Goles: 0-1. M. 67. Pablo Paz remata una falta y el balón se cuela tras un resbalón de Unzue. 0-2. M. 69. Iván Ania marca desde el centro del campo sorprendiendo a Unzue. Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Bino, Javi Venta, Contreras y Manel. Incidencias: Unos 18.862 espectadores en El Sadar.
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Sorprendió el Tenerife a todos tras el varapalo de la Copa. Y lo hizo practicando un fútbol con marcado estilo canario. Fue un juego con clase y de constante toque que acabó por aburrir a los aficionados y a su propio rival. A base de sobar el balón, el conjunto tinerfeño manejó el partido. Osasuna, acostumbrado a encuentros locales frenéticos, no sabía cómo reactivar el partido.
En el segundo tiempo, el Tenerife empezó a creer en la victoria. En el momento más álgido de la empanada rojilla, el Tenerife se adelantó en el marcador. Un balón bombeado al área lo remató suavemente Pablo Paz. El gol no sorprendió ni a la propia afición osasunista, harta ya del desatino de los suyos. Pero lo mejor del partido estaba por llegar. Sólo un par de minutos después, Gancedo y Aloisi mandaron el balón a la madera en la ocasión más clara de Osasuna.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de octubre de 2001