Un córner, un gol. Otro córner, otro gol. A balón parado, como en los mejores tiempos de Juande Ramos, logró el Rayo la victoria ante una Real en estado terminal. El duelo entre los malditos, entre dos equipos cuya máxima aspiración a día de hoy es tan mínimas como huir del último puesto, lo resolvió a su favor el Rayo gracias a dos saques de esquina que la Real encaró de manera grosera.
RAYO VALLECANO 2| REAL SOCIEDAD 1
Rayo Vallecano: Etxeberria; Cota, Corino, De Quintana, Alcázar; Pablo Sanz (Roy, m. 84), Helder; Peragón, Luis (Arteaga, m. 77), Míchel; y Bolo (Bolic, m. 67). Real Sociedad: Alberto; L. Rekarte, Loren, Luiz Alberto, Aranzabal; Tayfun, Gabilondo, Xabi Alonso, Aranburu (De Pedro, m. 76); Khokhlov (Barkero, m. 70); y Jankauskas (De Paula, m. 60). Goles: 1-0. M. 21. Córner que saca Peragón en corto sobre Míchel, que centra largo y Pablo Sanz cabecea. 1-1. M. 37. Envío de Tayfun desde la derecha, Gabilondo se adelanta a Cota y su cabezazo se va a la escuadra. 2-1. M. 54. Córner botado por Míchel que Luis cabecea en el segundo palo. Árbitro: Ansuategui. Amonestó a Cota. Unos 7.000 espectadores en Vallecas.
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En el primero, Míchel, desde la derecha, recibió en corto y se fue alejando del área para buscar la mejor manera de centrar con su pierna izquierda. Porque Míchel es zurdo, detalle éste que algún jugador donostiarra debe desconocer. Más lamentable aún fue la imagen de la Real en el segundo tanto. El córner voló directo hacia el área y superó a Alberto, a Loren, a Aranzábal, a todo el que de azul vestía y la portería guardaba. Y ahí colocó su frente Luis (1,72 metros de estatura) para cabecear tan a gusto.
Decía Manzano que al Rayo le marcan goles incluso en el minuto de silencio. Ayer no. Encajó un gol, cierto, en la primera ocasión en la que la Real se dejó ver por su área. Pero al Rayo le bastó con un par de cositas: la velocidad de Peragón y la colocación de Pablo Sanz. Añádase a ello un poquito de Luis, otro poquito de Míchel, amén de la tormentosa manera en que la Real se defiende de un inocente balón aéreo, y lo que sale de la mezcla es un colista con todas las de la ley: el equipo de Toshack.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de octubre de 2001