La continuidad del pacto entre el PSE-EE y el PP en el Ayuntamiento de San Sebastián, supeditado a la negociación del presupuesto municipal, tiene hoy su jornada clave. El equipo de gobierno, formado por miembros de ambos partidos, se reúnen para tratar de acordar las principales partidas de gasto del presupuesto de 2002 y su distribución por áreas, causa inmediata de la crisis que dejó el miércoles la alianza al borde de la ruptura. Ni el alcalde, Odón Elorza (PSE-EE), ni la portavoz del PP, María San Gil, se pronunciaron ayer sobre su más grave capítulo de discrepancias. Pero dirigentes de sus partidos expresaron su voluntad de que se supere el conflicto, aunque se responsabilizaron mutuamente de haberlo originado.
'Nuestra voluntad es que la crisis se zanje definitivamente mañana [por hoy]', dijo el portavoz del PP en el País Vasco, Leopoldo Barreda, quien aseguró que su partido en ningún momento se ha planteado una ruptura y responsabilizó de lo ocurrido a Odón Elorza. 'No puede ser que se presente un proyecto de presupuesto como una trágala. Eso no lo hace quien quiere mantener un pacto, sino quien quiere romperlo', agregó Barreda, repicando en la tesis de los populares de conectar lo sucedido con el debate abierto en el PSE sobre la necesidad o no de desmarcarse del PP.
Por su parte, el secretario general del PSE en Guipúzcoa, Manuel Huertas, apeló a la 'buena voluntad' de los populares pero dejó en entredicho el cumplimiento de sus compromisos. 'Deben flexibilizar su postura, adaptándose a unos compromisos establecidos en el programa de Gobierno'. Huertas no fue el único socialista que terció en la crisis que afecta a la única capital de provincia donde socialistas y populares gobiernan juntos. El secretario general del PSE, Nicolás Redondo, con cuya política discrepa abiertamente el alcalde de San Sebastián, apostó también por la superación del conflicto y recordó que el pacto fue una decisión de Elorza. 'Supongo que lo hizo porque había motivos. Sería terrible que Odón hiciera un acuerdo con el PP sólo para ser alcalde y que se olvidara en aquel momento de otras cosas'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de octubre de 2001