Crudo año para la familia Udina Abelló: unos meses después de la muerte del periodista Ernest, ahora la de su hermano Claudi, psiquiatra, en un triste accidente de tráfico en el Pirineo leridano. Irónico, lúcido, extraordinariamente riguroso en la práctica profesional, Claudi Udina Abelló (Barcelona, 1946) trabajó en el servicio de psiquiatría del hospital Sant Pau, como profesor asociado en la Universitat Autònoma y en los últimos tiempos fue responsable de psiquiatría del hospital General de Catalunya.
Convencido de que la psiquiatría es, por encima de todo, una especialidad de la medicina, Claudi Udina prodigó sus intervenciones en congresos y conferencias, donde no dudaba en manifestar unas opiniones contundentes, apoyado en sus sólidos conocimientos de la psicopatología y de la posicofarmacología tanto de los trastornos afectivos como psicóticos. Su aspecto, a mitad de camino entre el cliché de sabio despistado y de erudito bibliotecario, aumentaba su encanto entre quienes pretendían encontrar un mayor rigor en el terreno de la psiquiatría, tan abonado a la vaguedad conceptual o al desvarío terminológico. Para la psiquiatría médica, la que responde a los más estrictos cánones del método científico, la muerte de Claudi es un mal augurio; para sus familiares, colegas y amigos, una nueva evidencia de que algunos años son insensatos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de octubre de 2001