Está a punto de construirse una prolongación del ferrocarril al Bajo de la Cabezuela en Puerto Real, frente a Cádiz. En vez de aprovechar para que la vía del tren salte a Cádiz sobre el previsto segundo puente sobre la Bahía, nuestros políticos locales presionan para que el puente nuevo sólo sirva para automóviles (la pata de Cádiz conduciría directamente al aparcamiento de El Corte Inglés).
Es decir, que pretenden gastarse al menos 25.000 millones de pesetas de dinero público para intentar convencernos de que Cádiz no es una isla y que hay sitio para unos cuantos miles de coches más.
Digo esto porque el presidente de los empresarios ya pide un tercer puente, lo que demuestra que lo que pretenden es cubrir la Bahía, en vez de comunicarla.
Como no van a parar hasta imponer otro puente, lo mínimo que deberían pedir es que sirva también para el ferrocarril, o bien para el AVE (esos munícipes no presionan para que llegue a la provincia y reduzca drásticamente el paro) o para una línea férrea que sirva para acortar el trayecto Cádiz-Puerto Santa María, haciéndolo más competitivo para que sea posible una red de trenes o tranvías de cercanías (que no consiste sólo en duplicar la vía Jerez-Cádiz, como nos quieren hacer creer) y que haga rentable prolongarlo a Chiclana-Conil. Y, finalmente, a la Costa del Sol por el Campo de Gibraltar, en beneficio de la economía andaluza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de octubre de 2001