Sustituido en el minuto 82, Diego Tristán se sentó en el banquillo, en ese histórico banquillo de Old Trafford que está incrustado en la grada -"muy bonito pero incómodísimo", en palabras de Irureta- donde fue recibido a lo grande por quienes allí estaban sufriendo la lentitud del reloj. Durante los ocho, diez, doce inacabables minutos posteriores, Tristán vivió un suplicio. Porque no valía el empate. Porque era la gran oportunidad de convertir al Deportivo en un grande de Europa. Convertido está.
Silbó el árbitro el final del encuentro y Tristán respiró. Se fue al encuentro de sus compañeros y pronto llegó a la altura de Valerón. De futbolista a futbolista. De héroe a héroe. "¿Qué me entiendo bien con Valerón?", decía Tristán poco después de salir del vestuario. "Eso es fácil. Tengo debilidad por él como persona así que imagínese como jugador... Hoy [por ayer] se ha visto que es, sin duda, uno de los mejores del mundo".
Se quitó importancia Tristán, pese a ser uno de los grandes protagonistas de un partido mágico que el deportivismo jamás olvidará. "No se puede pedir más", subrayaba el delantero. "Ahora mismo no nos importa quién sea el rival. Estamos en un momento de forma impresionante. Son tres puntos, sí, pero ganados en un lugar histórico".
Comedido como de costumbre, pero con esa sonrisa pícara que le persigue en los días de fiesta, Irureta tardó en encontrar los adjetivos con los que definir la actuación de los suyos: "Estoy muy contento, ha sido un gran partido, con dos equipos decididos al ataque desde el principio. Es un día histórico para la pequeña historia del Depor. La clave ha sido la triangulación y la presión en el medio campo y que además hemos hecho contraataques magníficos".
Ni Irureta ni la inmensa mayoría de sus futbolistas jugaron jamás en Old Trafford. Más allá de las incomodidades del banquillo, Irureta mostró su admiración por el equipo inglés, al que deseó la mejor de las suertes. "Me gustaría que pasáramos los dos equipos", dijo. Y puesto a derribar retos y estadísticas, el técnico emitió un pronóstico: "El año pasado ganamos por primera vez en el Camp Nou y ahora a ver si lo hacemos en el Bernabéu para seguir creciendo poco a poco como club".
Ferguson piropea al rival
Tras el paso de Irureta por la sala de prensa, se presentó en ella Sir Alex Ferguson, quien con una exquisita elegancia valoró el nivel de un partido maravilloso: "Siempre es difícil digerir la derrota, pero tras un partidazo así cuesta menos. El Depor me ha parecido un gran equipo con más experiencia de lo que parece y que mueve muy bien la pelota".
Alrededor de medio centenar de seguidores del Manchester se concentraron tras el partido junto a la puerta de salida del vestuario del Manchester para ovacionar largamente a Barthez, que falló estrepitosamente en dos de los goles de un Depor que sólo tuvo que lamentar en su día de gloria la lesión de Molina, que se resintió de unas molestias.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de octubre de 2001