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Xfera renuncia a convertirse en el cuarto operador móvil hasta 2003

La empresa decidirá a final de mes recortes de plantilla e inversiones

Los casi 27 millones de usuarios de telefonía móvil que hay en España tendrán que esperar para contar con una nueva oferta. Xfera, que aspiraba a competir con Telefónica Móviles, Vodafone y Amena a comienzos del próximo año, ha decidido tirar la toalla y aplazar, al menos hasta 2003, su lanzamiento comercial cuando esté lista la nueva generación de telefonía móvil (UMTS). El retraso supondrá un duro recorte de plantilla e inversiones.

El consejo de administración adoptó ayer oficialmente la decisión de aplazar sin fecha fija el proyecto para el que han estado trabajando desde que el Gobierno les adjudicó una licencia de telefonía móvil multimedia en vísperas de las últimas elecciones generales, en marzo de 2000. La decisión había sido sopesada en las últimas semanas por los principales accionistas: la constructora ACS, que junto al operador finlandés Sonera, posee el 34% del capital, y FCC-Vivendi, que controla otro 31%. La discusión se reprodujo en el largo consejo de ayer, aunque esta vez centrada sólo en la pertinencia de dar un mayor plazo al Gobierno para obtener una respuesta afirmativa o no esperar más y afrontar el ajuste.

Y es que la primera razón de esa paralización ha sido la reiterada negativa del Gobierno y, en particular, del Ministerio de Ciencia y Tecnología, de conceder a Xfera las frecuencias propias que reclamaba para poder comenzar a operar con la tecnología actual (GSM-GPRS), en lugar de esperar a la nueva generación (UMTS) que permite transmitir imágenes y navegar por Internet.

El Gobierno, a quien se acusó de favoritismo cuando concedió la licencia a Xfera (recurrida ante la Audiencia Nacional por el consorcio Movil2, dominado por France Télécom), ha optado por rechazar esa petición ante varios informes que apuntaban la posibilidad de que el resto de operadores recurrieran con éxito ante los tribunales cualquier modificación del mapa de frecuencias, según fuentes de la Administración.

Marco regulador

Xfera aplaza su lanzamiento comercial hasta que el UMTS esté disponible (comienzos de 2003, según sus propias previsiones) "o hasta que el marco regulatorio lo permita", condición esta última que deja abierta una puerta ante un posible cambio de postura Ciencia y Tecnología, según fuentes de los accionistas.

De hecho, el departamento que dirige Anna Birulés revisó la fecha oficial de comienzo del servicio de UMTS desde el 1 agosto de 2001 (que figuraba en las bases del concurso) hasta junio de 2002 aunque, como reconoció ayer Xfera, esa nueva fecha puede sufrir un nuevo retraso. Según las últimas previsiones de operadores y fabricantes, el UMTS no será una realidad "comercialmente viable" hasta bien entrado el año 2003, sobre todo por la falta de terminales capaces de soportar el gran número de aplicaciones que se prevé para esta nueva tecnología (vídeo, transmisión de datos, medio de pago, etcétera).

El retraso irá acompañado de un recorte de plantilla, evaluado en más de 400 personas de las 600 con que cuenta Xfera, según un plan de ajuste que será aprobado en un próximo consejo de administración, previsto para el próximo 31 de octubre.

En dicho plan también se incluirá un importante recorte y ralentización de los planes de inversión a medio plazo (1.482 millones de euros hasta 2002) ante la falta de actividad comercial y la imposibilidad de construir una red propia, puesto que Xfera decidió descartar el alquiler de la infraestructura de otro operador (Vodafone Airtel) como le había permitido el regulador.

No obtante, Xfera, que ha invertido hasta la fecha 353,8 millones de euros (53.883 millones de pesetas) incluyendo el pago de la licencia, mantiene los compromisos adquiridos cuando ganó la concesión en marzo de 2000, de destinar 7.813 millones de euros (1,3 billones de pesetas) a su proyecto de UMTS en 10 años, y que están respaldados por avales de 3.000 millones de euros.

Hibernación

En ese largo año y medio que durará la hibernación, Xfera "se centrará en vigilar la evolución del mercado y los desarrollos tecnológicos y preparar a la compañía para cuando se emprenda la actividad comercial", según la explicación oficial.

Otras fuentes apuntan a que ese largo plazo puede ser también utilizado para una reestructuración accionarial que apuntale el proyecto. Por el momento, tendrán que resolver quién se queda con el 7% que correspondía a la firma alemana Mannesmann y del que se tuvo que desprender el grupo británico Vodafone por estar en Airtel.

Por otra parte, BT y One2One han perdido el pleito que les enfrentaba al Gobierno británico, al que acusaban de favorecer a sus rivales Vodafone y Orange.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de octubre de 2001