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LA MOCIÓN DE CENSURA

ERC evita sumarse ahora al bloque de izquierdas, pero hace un guiño de futuro

Carod: 'Abstenerse no es apoyar al Gobierno'

Maragall y Carod tuvieron un debate muy vivo, a cara descubierta y en algunos momentos áspero porque ambos tensaron la cuerda al máximo. El primero, para tratar de arrastrar a Esquerra hacia el bloque que encabeza con el fin de mostrar que su alternativa agrupa a toda la oposición. El segundo, empujando en dirección contraria: transmitiendo la imagen de que ERC no se casa con nadie, en un intento de atraerse a electores convergentes.

Maragall hizo salir de sus casillas a Carod, quien en su primer turno utilizó un tono distendido -intercalando un chiste cada dos minutos- para subrayar su equidistancia de siempre; es decir, considerar formalmente a CiU y al PSC, a Pujol y a Maragall, prácticamente como iguales. Pero las bromas se acabaron tras la respuesta de Maragall.

Éste, aun a riesgo de abrir una brecha con ERC, no se anduvo con rodeos y forzó la situación: en tono solemne, le dijo a Carod que no podía permanecer 'siempre en el medio' y exigió que eligiera el camino. Lo dijo con claridad y además hurgando en dos aspectos que pueden molestar especialmente a Carod: recordándole que él mismo estuvo vinculado a la Administración convergente a principios de los años ochenta y que no es tan joven como para enarbolar contra él un discurso generacional.

El pulso fue tan intenso que en algunos momentos parecía que la cuerda iba a romperse y que Maragall y Carod saldrían de la moción peor de lo que habían entrado, especialmente cuando Carod evidenció su enfado por haber sido tratado, en su opinión, como un dirigente meramente rural. No pocos diputados de CiU se frotaban las manos y debían de augurar un desenlace similar al desencuentro que tuvieron Pujol y Carod en el debate de política general de 2000.

Al final, no obstante, la situación se reorientó. El líder independentista se mantuvo firme en su negativa a tomar partido ahora en favor de Maragall, pero dejó la puerta abierta a hacerlo en el futuro, especialmente después que el líder socialista aceptara la posibilidad de incoporar a Convergència i Unió (CiU) en una gran coalición tras los comicios, como sugiere Esquerra.

Carod insistió en que abstenerse no supone en ningún caso un apoyo al actual Gobierno y al final de su intervención incluso afirmó que Maragall dio ayer 'un paso adelante muy importante' al convertir a Cataluña en su prioridad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de octubre de 2001