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CRISIS INTERNACIONAL.

Francia lanza un plan público para estimular el crecimiento

La revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento de la Unión Europea (del 2,8% al 1,5%) y de su principal motor, Alemania (del 2% al 0,75%), alentaron ayer las llamadas para que el Banco Central Europeo (BCE) baje los tipos de interés en su reunión del próximo jueves. El presidente comunitario, Romano Prodi, hizo una petición abierta con el objetivo de que esa decisión permita dinamizar la economía después de subrayar el alto grado de incertidumbre que vive la economía mundial. Precisamente, en Francia se ha lanzado un plan de estímulo de la economía. El precio del petróleo descendió ayer un 3%, hasta 20,32 dólares por barril, y se situó como en octubre de 1999.

El Gobierno francés prepara un plan para estimular el crecimiento basado en importantes reducciones fiscales para las empresas y mayores ayudas a los hogares con rentas más bajas. El paquete, reforzado con medidas contra la amenaza de crisis, acompaña al Presupuesto para 2002 presentado esta semana por el Ejecutivo en la Asamblea Nacional francesa.

'Éste es un plan para consolidar el crecimiento', indicó el ministro de Finanzas, Laurent Fabius. Fuentes del Gobierno socialista aseguran que el proyecto no supondrá un incremento del gasto, porque el coste de las medidas se compensará en otras partidas del sector público. Pero, de momento, elevará el déficit público en 2001 de 210 a 218 millones de francos (33,14 millones de euros).

Éstas son las principales medidas de Fabius que, en líneas generales, se traducen en una inyección general de dinero público en la economía.

- Ayudas familiares. Doblar las ayudas que perciben los 8,5 millones de franceses con rentas familiares mensuales inferiores a 10.500 francos (1.600 euros). Además, se prorrogará el plan de empleo realizado este año y que ha costado al Estado 8.000 millones de francos (1.219 millones de euros).

- Beneficios para las empresas. Creación de un sistema de amortización excepcional del 30% para los bienes adquiridos por las empesas entre octubre de 2001 y marzo de 2002. Esta medida costará al Estado 5.000 millones de francos (762 millones de euros), pero no hará frente a su pago hasta 2003. Además, se acelerará el reembolso de los pagos extras del impuesto sobre el valor añadido.

- Aerolíneas y telefonía. También se incluyen otras medidas de ayudas para sectores especialmente debilitados. Se destinará un millón de francos al transporte aéreo, que atraviesa una de sus peores crisis, y se rebajará a una octava parte del precio de las licencias de la nueva telefonía móvil UMTS.

- Privatizaciones. El Estado se desprenderá de una participación del grupo ferroviario público AFP y destinará los ingresos a los sectores con dificultades.

Muchos analistas independientes se muestran escépticos sobre el verdadero impacto de este plan en la economía. Francia mantenía un objetivo de crecimiento para este año del 2,5% que, de forma no oficial, ha sido rebajado al 2,25%.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de octubre de 2001