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Mas afirma que el PSC no podrá gobernar Cataluña si no se separa del PSOE

Artur Mas, el delfín designado por Jordi Pujol, buscó ayer su hueco en el debate de la moción de censura. Lo hizo para defender la acción del gobierno del que es conseller en cap y en eso hizo honor a su perfil de tecnócrata aplicado. Pero, sobre todo, para tener su primer cara a cara preelectoral con Pasqual Maragall y ahí el aspirante socialista le ninguneó sin piedad. Maragall le dijo que censuraba a un gobierno presidido por Pujol y no por Mas. Tras una réplica mínima, Maragall dio paso al debate de su propuesta con los grupos parlamentarios.

El principal argumento que Mas esgrimió contra Maragall fue que los socialistas catalanes no pueden gobernar Cataluña sin romper antes con el PSOE. El líder socialista le replicó reivindicando el papel decisivo de los gobiernos del PSOE en proyectos importantes para Cataluña como los Juegos Olímpicos.

El reglamento permite la intervención de cualquier miembro del gobierno en cualquier momento del debate, y Mas utilizó esta brecha para abrir la sesión con una intervención de 110 minutos que perseguía el emparejamiento político con Maragall con vistas a futuras confrontaciones electorales. Dedicó la mayor parte de este tiempo a criticar las propuestas sectoriales del programa expuesto la víspera por el candidato socialista. Al final, sin embargo, tuvo que ir a parar de nuevo al argumento que utiliza CiU siempre como ultima ratio en todos los debates políticos, y electorales, para descalificar al partido socialista, el del sucursalismo, la dependencia del PSC respecto del PSOE. 'Para gobernar Cataluña se necesita autonomía', afirmó. En réplica posterior fue más lejos todavía y le dijo que sus propuestas no serán creíbles 'hasta que el PSC no se separe del PSOE'.

Los 20 minutos de cortesía que Maragall dedicó a Mas tuvieron un punto álgido, de tensión, que ya comenzaba a faltarle al debate. El conseller en cap descalificó al PSC como partido que pueda aspirar a la dirigir la Generalitat por haber participado en los gobiernos del PSOE 'sin hacer una auténtica política en favor de Cataluña'. La descalificación del PSC hizo saltar a Maragall. 'Veo que recurre de nuevo a esta historia que ustedes se han fabricado a su medida. Eso de que hay catalanes buenos y malos, en la que ustedes son los buenos, por supuesto, y todo lo que viene de Madrid es lo malo, en la que PSOE y PP son lo mismo, aunque no lo sean. Y eso se ha acabado'.

Maragall pasó por alto la oferta de colaboración que, pese a las críticas, le había hecho Mas para integrarse en un futuro gobierno, pero siempre presidido por CiU.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de octubre de 2001