La jornada sobre Las telecomunicaciones en el entorno urbano organizada ayer en el centro cultural La Beneficència por la Diputación de Valencia sirvió para que los expertos en ingeniería y en salud garantizarán a decenas de alcaldes de toda la provincia la inocuidad para la salud humana de las antenas de telefonía móvil que proliferan por ciudades y pueblos. Alejandro Úbeda, doctor en Biología e investigador del laboratorio de Bioelectromagnética del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que también ha coordinado al Comité de Expertos independientes que asesoró al Ministerio de Sanidad y Consumo a la hora de elaborar el real decreto sobre límite de exposición a las emisiones radioeléctricas, aseguró que los niveles máximos admisibles en dicha norma apenas suponen el 2% de la radiación para la que se ha demostrado que no hay afecciones a la seguridad humana. Es decir, que aunque una antena incumpliera la ley y superara sus niveles de emisión aún habría un amplio margen de seguridad.
Aunque apostó por hacer nuevos trabajos científicos, Úbeda afirmó que 'los datos que se tienen actualmente inducen a la tranquilidad'. Y aclaró a los alcaldes que el hecho de que la norma recomiende no instalar antenas cerca de colegios y hospitales sólo es para evitar la conflictividad social que suele conllevar esa medida, no porque los expertos crean que hay peligro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de octubre de 2001