General Motors, primer fabricante mundial de automóviles, anunciaba el jueves que su cifra de beneficos había retrocedido más del 50%. Peor le va a Ford, el segundo fabricante mundial, que un día antes anunciaba unas pérdidas de 692 millones de dólares en el tercer trimestre (segundo trimestre consecutivo con números rojos) y un 9% menos de ingresos, como consecuencia de un 15% de caída de ventas en Norteamérica.
General Motors, Ford y Chrysler han cerrado durante siete días esta semana nueve plantas de fabricación de coches y dos de furgonetas en EE UU y Canadá en respuesta a la menor demanda de una economía deprimida por los atentados del 11 de septiembre. El pasado mes, las ventas de autos en EE UU cayeron un 9% sobre las cifras de septiembre de 2000.
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Algunos analistas predicen que el sector se enfrenta a un turbulento futuro inmediato. Martin Inglis, responsable de la división de Finanzas de Ford, aventuró que en el próximo trimestre va a ser difícil que Ford obtenga beneficios. La crisis ha puesto en entredicho a los ejecutivos de las empresas, cuyos puestos están en el aire.
El año pasado marcó un histórico récord absoluto de ventas en Estados Unidos, con la colocación en el mercado de 17,4 millones de unidades de turismos y vehículos de transporte ligero. Todas las comparaciones con esas cifras estaban abocadas a resultados negativos en el actual ejercicio, en el que la economía norteamericana daba muestras de debilidad ya antes de los sucesos del 11 de septiembre. El trauma de Nueva York y Washington produjo un parón en el sistema que ha hecho que el consumo en septiembre cayera un 2,4%, la mayor pérdida en nueve años.
Precaución en el gasto
Los estadounidenses se han vuelto precavidos a la hora de gastar en una atmósfera de gran incertidumbre, y su confianza como consumidores está por los suelos a la espera del plan de estímulos que discuten Casa Blanca y Congreso. Se compran productos imprescindibles, pero hay retracción en las grandes compras, en particular coches, cuyas ventas cayeron en septiembre un 9%. Son cifras malas, pero en línea con las expectativas.
A principios de año, la Asociación Nacional de Vendedores de Automóviles (NADA) pronosticó que para 2001 la ventas rondarían los 16,3 millones de unidades, suficientes para ser el tercer mejor año de la historia. Jacques Nasser, consejero delegado de Ford, emitió un comunicado en el que aventuraba que 'las ventas totales del sector en EE UU en el año 2001 oscilarán entre los 16,5 y los 17 millones de unidades'.
Las tres grandes ya recortaron plantillas y producción hace meses y ahora han anunciado nuevos ajustes. El parón técnico de esta semana ha dejado ociosos a 11.850 trabajadores de General Motors, que se suman a los 1.500 que la Ford va a mantener una semana más en su casa en Ohio. Chrysler no ha revelado la cifras de afectados.
Las ventas de Ford cayeron un 9,9% en septiembre, muy por encima del 3% de General Motors. Daimler Chrysler se llevó, con mucho, la peor marca, al perder un 28% respecto a septiembre de 2000. En el trimestre, Ford vendió un 15% menos que en el mismo periodo del año anterior. Ante las negativas perspectivas, Standard
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de octubre de 2001