Acaba de presentarse en sociedad la guía Viandar de los mejores vinos del País Vasco y Navarra (Everest). Como siempre que se publican este tipo de ranking siembran la polémica creando adeptos y fieles seguidores y, en otro extremo, detractores que piensan que no son todos lo que están, ni están todos lo que son. Los más sensibles a estas guías, son los bodegueros, mientras que para los consumidores son una buena recomendación y ayuda a la hora de probar nuevos caldos.
Los elaboradores que salen bien parados en las guías hablarán de las bondades y virtudes de los catadores del jurado. Aquellos que no han logrado que aparezcan sus vinos pondrán en tela de juicio la imparcialidad de los jueces y a sus métodos y costumbres de catar.
Nosotros, al margen de toda esta polémica, sólo podemos sentir cierta envidia sana por el comité de cata en cuestión. Pues no nos cabe duda que el tener la suerte de acceder a todos los vinos, y sin moverte de tu casa, es la mejor manera de ampliar conocimientos y paladar en torno al vino. La oportunidad de estudiar los caldos con los parámetros que deben regir en toda cata organoléptica y comparativa están a tu alcance. Esta circunstancia -la de catar y comparar el producto con su competencia- suele ser fácilmente olvidada por los elaboradores.
Dejando al margen los caldos que este año aparecen en la guía Viandar, que puede ser circunstancial, encontramos en sus páginas información sobre las variedades de uva de nuestro entorno y explicaciones sobre metodología de cata que son capaces de hacer aflorar al catador que todos llevamos dentro.
Suelo, clima, métodos y técnicas culturales de cultivo, tienen su lugar en el libro. Y, como no, también la elaboración de vinos blancos, rosados y tintos. Todo ello constituye un compendio de conocimiento que refleja cultura y el amor por el vino que es digno de alabar.
Deseamos una feliz andadura al libro que acaba de nacer y tan sólo evocamos el deseo de que en las sucesivas ediciones, también encontremos vinos de actualidad, que estén en el mercado. De poco sirve recomendar crianzas del 96 cuando ya no se encuentran en circulación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de octubre de 2001