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Elecciones en Galicia

Cuiña presume de que 'sólo' sabe 'hacer carreteras y ganar elecciones'

Xosé Cuiña, conselleiro de Ordenación del Territorio y supuesto candidato a sustituir en su día a Manuel Fraga, fue el último de los principales colaboradores del presidente gallego que llegó anoche, poco antes de las nueve de la noche, al cuartel general de los populares gallegos, montado en un hotel a las afueras de Santiago de Compostela.

Fraga arribó sobre las 19.30 procedente de su pueblo natal, Vilalba (Lugo), donde ganó la tradicional partida de dominó que juega antes de cada cita con las urnas.

En el hotel se rodeó de sus conselleiros, del comité ejecutivo regional del PP y de algunos amigos y dirigentes del partido, como la vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, o el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández.

Cuiña se dejó acorralar por algunos medios a su llegada porque quería soltar al aire galaico y español unos cuantos mensajes de fondo. Oficialmente redujo sus palabras a señalar que él sólo sabe "hacer carreteras y ganar elecciones". Pero aprovechó también para recomendar prudencia, pese a admitir que las expectativas de los sondeos de opinión les concedían a esas horas una holgada mayoría absoluta, que luego confirmó el escrutinio.

Luego, ante los micrófonos de la Cadena SER, Cuiña matizó que esa prudencia es buena no sólo para los políticos sino también para los medios de comunicación, "que deberían esperar a comprobar bien las denuncias que recogen antes de lanzarlas" y darlas por buenas.

El único dirigente del PP gallego que ha mostrado a las claras su deseo de competir por el delfinato del cargo que algún día dejará vacante Fraga está verdaderamente enfadado con algunos medios "talibanes" que recogieron sus problemas de compatibilidad de su cargo con la actividad de las empresas de su familia.

Un sarao corto

Fraga, por su parte, celebró su triunfo ante unos mil militantes congregados en la discoteca del hotel tras su primera comparecencia, que remató poco antes de las once. Antes había recibido emocionado la llamada del ministro de la Presidencia, Juan José Lucas, y del propio jefe del Ejecutivo, José María Aznar. Pero agradeció especialmente el tono que utilizó en su llamada su contrincante socialista, Emilio Pérez Touriño. También le felicitó telefónicamente el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.

Pero a Fraga es sabido que no le duran mucho los saraos y poco antes de medianoche abandonó a sus fieles. Prometió que como todos los lunes hoy llegará al despacho a las ocho menos cuarto de la mañana y avisó de que antes de que dieran las ocho estaría ya llamando a sus conselleiros.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de octubre de 2001