Miles de personas se manifestaron ayer desde la plaza de Cibeles hasta la Puerta del Sol, en Madrid, para protestar por el inicio de la guerra entre EE UU y Afganistán y para pedir que se establezca la paz. La actriz Pilar Bardem leyó un comunicado al final de la marcha en el que se condenaban los atentados del pasado 11 de septiembre y los bombardeos estadounidenses contra el territorio afgano. La manifestación fue convocada por IU, UGT, CC OO, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de la capital y el colectivo de defensa de las mujeres afganas. Los organizadores calcularon que unas 25.000 personas asistieron a la marcha, mientras que fuentes policiales rebajaron esta cifra hasta las 10.000.
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Una gran pancarta en cabeza, en la que se podía leer 'Contra la guerra. No al terrorismo. Otro mundo es posible. Por la paz', fue llevada por el secretario general de IU, Gaspar Llamazares, y por los líderes regionales de la coalición y de los sindicatos convocantes.
La marcha, que tardó una hora en cubrir el recorrido, transcurrió sin incidentes. Al final, Bardem leyó un comunicado en el que recordaba que miles de miembros de las organizaciones relacionadas con Bin Laden 'fueron reclutados, formados, financiados y estimulados por los servicios secretos de EE UU para combatir por cualquier medio la presencia soviética en Afganistán'. El texto añadía que los manifestantes no iban a permitir que 'el Gobierno de Aznar justifique con esta situación internacional el recorte de los derechos y libertades'. 'Ningún objetivo presuntamente político justifica el uso del terror y la muerte de ningún ser humano', explicaba el comunicado.
Los manifestantes pidieron el fin inmediato de los bombardeos y de las operaciones militares en curso, y la aplicación 'sin restricciones' del derecho internacional y del cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas, incluidas las que se refieren al conflicto de Oriente Próximo. También solicitaron que se acatara la dirección y el control de la ONU en cuantas acciones se realicen, incluido el sometimiento de pruebas y acusados en los casos de terrorismo internacional a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de octubre de 2001