Después de la moción de censura, CiU sigue gobernando. Todos los profetas de la opinión siguen creyendo que el enemigo es el PP, que es igual que CiU (burgueses, católicos y arcaizantes, aunque nacionalistas de dos nacionalismos, pero nacionalistas al fin y al cabo). Y Josep Lluís Carod Rovira sigue empeñado en sacar de sí mismo un tercer hombre, en crear una solución distinta en el intento de salir de esa pereza mental de protagonista y antagonista. Carod sólo intenta añadir un posible equilibrio. Quizá el tercer hombre sea un posibilista. Pero en el fondo, todo va a salir igual.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de octubre de 2001