American Express, gigante estadounidense de las tarjetas de pago, anunció ayer una caída de su beneficio del 60% en el tercer trimestre por los menores gastos de sus clientes en viajes y entretenimiento tras los atentados terroristas del 11 de septiembre. La compañía, que ya anunció en julio entre 4.000 y 5.000 despidos, elevó la cifra a 6.100. El ajuste afectará sobre todo a sus divisiones de consumo y viajes de negocios.
Los resultados netos cayeron hasta los 298 millones de dólares (334 millones de euros), frente a los 737 millones de dólares obtenidos en el tercer trimestre del año pasado. Las ventas en viajes disminuyeron un 28% y los propietarios de sus tarjetas (particulares y empresas), gastaron en total 72.400 millones de dólares, un 3,2% menos que hace un año.
La compañía indicó que los atentados contra Estados Unidos le han supuesto un coste directo, antes de impuestos, de 98 millones de dólares (110 millones de euros). American Express, que se vio obligada a evacuar su sede en el World Trade Center durante los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York, añadió que en los nueve primeros meses del año ha conseguido ahorrar en costes 700 millones de dólares, 200 millones por encima del objetivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de octubre de 2001