La propuesta de Xabier Arzalluz, líder del PNV, de celebrar un referéndum entre los vascos sobre si ETA debe desaparecer y el vaticinio de que Euskadi tendrá 'en 10 o 15 años' voz propia en Europa fueron rechazados ayer con cajas destempladas por el Gobierno y los socialistas. El vicepresidente y ministro del Interior, Mariano Rajoy, llegó a calificar de 'disparate de colosales dimensiones' la sugerencia de Arzalluz, sobre quien dudó si habría 'perdido el juicio'.
Las declaraciones de Arzalluz en Estella (Navarra), ante un foro de jóvenes del PNV, fueron rechazadas por Rajoy nada más llegar al Congreso para explicar los avances antiterroristas, ya que entiende que 'no tienen el más mínimo sentido', van 'contra los tiempos' y son 'un disparate'.
Sin embargo, portavoces del Ejecutivo vasco indicaron que la consulta, que es apoyada por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, podría efectuarse en un clima de 'normalidad democrática'. El silencio de dos de los socios de Gobierno, PNV y EA, contrastó con el desmarque del tercer aliado, IU, para cuyo líder y consejero de Vivienda, Javier Madrazo, la sociedad vasca ya ha dicho 'suficientemente' y 'de múltiples formas' que ETA debe desaparecer. Socialistas y populares, por su parte, se dividieron entre quienes calificaron de 'broma' el plantear 'una consulta ilegal' y los que hablaron de 'insulto a la sociedad vasca'.
Las reacciones contra la sugerencia de Arzalluz coincidieron con la difusión por la presidencia del Gobierno autonómico de una encuesta efectuada entre el 2 y el 4 de octubre. Según ésta, el 94% de los vascos exige a la organización terrorista el abandono definitivo de las armas; el 95% rechaza todo tipo de violencia y apuesta por las vías políticas y democráticas, mientras el 96% está por la defensa de los derechos humanos y las libertades de todas las personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de octubre de 2001