Un funcionario dedicado a vigilancia dentro de la cárcel de Alcalá-Meco -J. R. C., de 34 años- ha sido detenido por la Guardia Civil acusado de haber atracado cinco sucursales bancarias en los últimos cuatro meses. El botín global asciende a cinco millones de pesetas, que el detenido habría dedicado al pago de deudas de juego, según informó ayer el instituto armado.
La detención del funcionario de Instituciones Penitenciarias se produjo el pasado jueves, cuando J. R. C. entró en la sucursal de la Caixa de Cataluña de Velilla de San Antonio (municipio próximo a Rivas-Vaciamadrid). Allí exhibió un arma de fuego con la intención de llevarse todo el dinero de la caja. Los empleados de la sucursal lograron activar la alarma, por lo que el atracador tuvo que frustrar el robo y huir de la entidad bancaria.
Los agentes de la Brigada Judicial de la Guardia Civil montaron un dispositivo de vigilancia por la zona y lograron detenerlo en las proximidades de Alcalá de Henares, donde tenía fijada su residencia. J. R. C. llevaba una pistola de aire comprimido que simulaba una real del calibre 9 milímetros Parabellum.
Los agentes del instituto armado le imputan cuatro robos anteriores, ya que, según fuentes de la investigación, ha sido reconocido por las cintas de vídeo de los bancos. El primer robo lo cometió el mes de junio en una sucursal bancaria de Ajalvir, en la que sustrajo un millón y medio de pesetas. A finales de agosto se apoderó de medio millón de pesetas en Cobeña. El detenido también atracó a principios de septiembre y octubre en las localidades de Fuente el Saz y Paracuellos del Jarama. Entre los dos asaltos se hizo con un botín de tres millones de pesetas.
Un portavoz de la Guardia Civil señaló que no se ha podido recuperar nada de los cinco millones de pesetas, ya que el funcionario de prisiones empleaba el dinero para cancelar deudas de juego. Fuentes penitenciarias explicaron que J. R. C., dedicado a vigilancia, se separó de su esposa hace unos dos años y que, desde entonces, cambió su forma de ser. Solía pedir préstamos a los compañeros y anticipos de sus sueldos, ya que 'se le veía un poco apurado de dinero'. 'Nunca ha dado ningún problema. Era una persona muy integrada, que siempre participaba en las actividades culturales que se organizaban en la prisión', señalaron las citadas fuentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de octubre de 2001