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OPINIÓN DEL LECTOR

Mal informado

Estimado Sr. Carmelo Encinas.

Vaya por delante mi absoluta gratitud por los buenos momentos que normalmente me hacen pasar sus incisivos artículos, pero esta vez no está bien informado.

Soy el Policía Municipal 6363.0 de la Unidad de Tráfico 4 de Madrid. Soy uno de esos policías que desde hace más de ocho años regula el tráfico y padece el caos circulatorio de esta capital.

A los cruces no vamos los que caemos en desgracia de nada: simplemente, con el paso del tiempo podemos ir aspirando, como en su caso, a mejores o más interesantes cosas dentro de nuestra profesión. Debería informarse de los datos médicos que publica nuestro departamento de salud laboral: observaría que los policías de tráfico somos los que presentamos mayores crisis de ansiedad y estrés, pérdida de audición, problemas oculares y respiratorios. Yo ya llevo una pérdida del 20 % en capacidad auditiva y problemas respiratorios por el humo de vehículos y autobuses ocho horas al día, pero también sufro de la espalda y cervicales por el peso del equipamiento, la motocicleta que piloto y el estrés de discutir con ciudadanos a los que sólo preocupa 'lo suyo'.

No, señor Encinas, no es un problema de desapego, sino de desmoralización. Estamos hartos de ver políticos que no tienen ni idea de la función policial intentar hablar de reestructuración con otros jefecillos, sindicalistas, etcétera, que en su vida han pasado penurias, frío, lluvia o cabreos, como los que pasamos los policías en la calle. Estamos con la reestructuración. No olvide que además de policías pagamos también nuestros impuestos, pero no entendemos una reestructuración de la que no sabemos en qué va a consistir nuestro nuevo trabajo, dónde estaremos ubicados, cuándo me debo cambiar de lugar y si me obligarán a cambiar de turno.

Cada día me lanzo con mi motocicleta y mi compañero, y bajo por la calle de Serrano (entre otras) limpiando el carril bus, y después de discutir con personas que siempre están 'un minuto', denunciando a infractores y actuando con grúa, miro hacia atrás y observo que nuevamente está llena la calle de coches en carril bus y en doble fila. No nos hable de desapego, háblenos de desmoralización, pero esta vez hable con los policías, no con concejales y jefes cuya preocupación normalmente es subir su nivel de aire acondicionado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de octubre de 2001