'La guerra nos hizo más salvajes de lo que éramos antes', dice Doris Lessing, con palabras referidas a otro tiempo que podrían valer en éste, en una de las reflexiones de La mirada del siglo. Este documental, producido por TVE, forma parte de la programación que la cadena estatal ha preparado con motivo de la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, entre cuyos galardonados figura la gran escritora británica. La 2 ofrecerá en la tarde del viernes la ceremonia y el reportaje sobre Lessing, realizado por Jesús Marchamalo y Jaime Villate.
'Doris Lessing es uno de los personajes más apasionantes de la literatura actual; un personaje de gran complejidad, cuya vida trasladada a imágenes sería una fantástica película', dijo ayer un entusiasmado Jesús Marchamalo. El periodista, conductor del programa divulgativo Al habla, presentó junto al veterano realizador de TVE Jaime Villate (Los pueblos, Índico) un documental en el que han tratado de reflejar la intensidad de la trayectoria personal y literaria de Doris Lessing. Para ello contaban con las imágenes del archivo de la cadena estatal y de la Biblioteca Nacional, pero, para su sorpresa, se encontraron con el regalo de casi un centenar de fotos de la escritora, que ella cedió con la misma amabilidad que desplegó a lo largo de sus declaraciones.
Realizada en su casa de Londres el pasado 6 de septiembre, la entrevista que vertebra Doris Lessing: la mirada del siglo contiene un recorrido pausado, intenso y no exento de ironía por los caminos de la narrativa, la experiencia familiar, la política, el feminismo, la libertad y la realidad actual.
'Ya no me meto en causas, ya no soy una cruzada apasionada, pero desde luego la política me sigue fascinando', afirma la autora de novelas como Canta la hierba, La costumbre de amar, Cuentos africanos o La buena terrorista.
Lessing, que cumplió 82 años el pasado 22 de octubre, nació en la antigua Persia, hija de un oficial del Ejército británico y una enfermera, y creció en Rodesia. Casada y divorciada varias veces y madre de tres hijos, a los 30 años marchó a Inglaterra, donde se afianzó como escritora y cultivó un espíritu ferozmente independiente, que pasó por el comunismo, el feminismo, el compromiso con el Tercer Mundo y una vehemente confianza en sí misma y en un espacio propio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de octubre de 2001