Se estima que sus méritos están a la altura de los logros eruditos y científicos. Pues no sin razón la universidad privada de Viena Imadec decidió que Arnold Schwarzenegger se lo merecía y le ha dado el título de doctor honoris causa. 'Él es un buen ejemplo de lo que un ser humano puede lograr y puede mover por su propio esfuerzo', según se argumentó en la entrega de la digna condecoración. La ceremonia tuvo lugar en la capital del país que hace 54 años vio a aquel muchacho que se lanzó a conquistar los campeonatos de culturismo, llegó a ser Míster Universo y hoy es una de las estrellas mejor remuneradas de Hollywood, musculoso protagonista de heroicas batallas. Pero esta vez el invencible Terminator se quedó sin fiesta. No viajó desde Estados Unidos, donde reside, 'por motivos de seguridad', según se excusaba en un correo electrónico. Al acto asistió en su lugar un amigo suyo, Alfred Gestl. También fue nombrado doctor honorífico el ex canciller austriaco, Franz Vranitzky.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de octubre de 2001