Que la memoria es débil lo sabemos, pero no tanto, y esto viene a cuento del tebeo propagandístico editado por la Junta supuestamente para conmemorar el vigésimo aniversario del Estatuto. La burda manipulación de la cotidianidad del pasado más reciente que se plasma en esta publicación es más propia de un régimen dictatorial que de una democracia supuestamente consolidada.
Del futuro que nos espera, nada que objetar, puesto que el porvenir, que está en nuestras manos, nadie lo conoce; aunque resulta un tanto infantil, simplista y, si me apuran, estúpido medir el desarrollo de una región en el tamaño del teléfono móvil o en la velocidad de los patinetes. Por cierto, que no se indica si las patentes las tendrán particulares o empresas de Andalucía.
Los creadores del tebeo olvidan que, como dice el tango, '20 años no es nada'. Tengo 33 y ya estaba en uso de razón cuando se celebró el referéndum y, por lo que creo recordar, en mi pueblo había médicos (concretamente dos) las 24 horas del día, una docena de servicios de autobuses diarios (casi los mismos que ahora), los niños íbamos todos al colegio y se aprendía algo más que a leer y escribir, y ya por entonces era un acontecimiento ver un burro, una vaca o una cabra por la calle.
En cuanto a tomar la delantera a todas y cada una de las regiones de Europa, vamos a necesitar algo más que buenos propósitos y lindas palabritas. No hace falta recordar a nuestros complacientes gobernantes que batimos el récord de desarrollo, pero empezando por la cola. Así que, a partir de hoy, todos a tomar vitaminas y minerales para coger carrerilla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de octubre de 2001