La Unión Europea está confundida respecto a la estrategia que está siguiendo la Administración estadounidense ante la nueva ronda de negociaciones que se lanzará en Qatar, en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), entre el 9 y el 13 de noviembre próximo. El enfrentamiento está servido, sobre todo en el apartado agrícola, debido a que las posiciones entre ambas orillas del Atlántico difieren claramente en cinco puntos: las ayudas internas, las subvenciones a la exportación, la apertura de los mercados agrícolas y las cuestiones no comerciales, como la seguridad alimentaria, la sanidad animal o el medio ambiente.
Las dos potencias comerciales comparten los mismos principios de base a la hora de afrontar la próxima ronda. El clima de discusión para preparar la reunión ministerial en Qatar también ha mejorado. Pero los mensajes que lanzan los negociadores de EE UU son contradictorios y confunden a los europeos. El comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, ya ha advertido de que Washington está dando un giro radical en su política agrícola, tendente a incrementar el proteccionismo en lugar de ir hacia la liberalización. La Cámara de Representantes ha aprobado de hecho un conjunto de medidas para que se incremente la ayuda a los agricultores a raíz de los eventos del 11 de septiembre.
Para Bruselas, esta iniciativa supone una contradicción con lo defendido hasta ahora en las negociaciones previas al lanzamiento de la ronda. La estrategia norteamericana se ha centrado en rechazar cualquier tipo de ayuda interna que suponga una distorsión al comercio internacional. La UE las considera fundamentales para financiar las reformas acordadas en el marco de la Agenda 2000. Los datos barajados por la Comisión muestran además que se ha producido un incremento espectacular en las ayudas directas de EE UU a su sector agrícola, de 4.600 millones de dólares en 1996 a 32.200 millones para 2001.
Más puntos de fricción
No es el único punto de fricción. Los dos bloques están divididos también en la cuestión relativa a las subvenciones a la exportación. EE UU apuesta por su supresión. La UE se defiende y afirma que se han reducido las subvenciones europeas más de lo establecido en la Ronda de Uruguay y pone nuevos datos sobre la mesa para demostrar que la posición estadounidense es, una vez más, contradictoria. Según Fischler, en EE UU se utiliza un mecanismo de apoyo en forma de créditos que distorsionan el comercio y que no son acordes con las reglas de la OMC.
La UE y EE UU también tienen posiciones diferenciadas a la hora de entender la ayuda alimentaria al Tercer Mundo. La acusación principal que se lanza desde Bruselas hacia Washington es que utiliza la evolución de los precios en el mercado para gestionar los flujos de las exportaciones agrícolas hacia esos países y promocionar sus productos cuando los precios son altos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de octubre de 2001