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CARTAS AL DIRECTOR

El derecho de morir en paz

Después de muchos años viendo y apoyando a seres queridos que ya no están, respeto a la vida de ellos, mis muertos, mi familia. Fue una lucha insoportable, y querían vivir.

Grité morfina con mi madre, ayuda con mi padre y paz para mi hermana. Un hospital, lo peor: no hay cuidado ni respeto (no es una crítica), siempre eres uno más.

Dejemos que la vida siga su rumbo y ayudemos a todos, a los amigos que tuvieron su lucha, una indecisión, una gran lucidez y mucho miedo.

El que se muere y el que vive puede hacernos sentir. Quiero morirme en paz y disfrutar mientras tanto de mis amigos y mi familia.

Pero cuando ese disfrutar ya no existe..., sólo pido que podamos morir en paz.

Por ellos, los muertos, y por nosotros, los vivos.

Dejemos morir a la gente en paz. Todos, vivos y muertos, nos merecemos estar en paz.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de octubre de 2001