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Tres de los seis acusados por el expolio de miles de libros en Bilbao recurren contra su procesamiento judicial

Tres de los seis procesados en el caso del expolio de miles de libros y documentos históricos del Archivo y la Biblioteca municipales de Bilbao han recurrido la resolución del juez encargado del caso. Se trata de los libreros bilbaínos Javier Madariaga y Francisco Javier Boulandier, a los que el magistrado acusa de comprar libros robados e incluso de hurto en el caso de Madariaga, y el subdirector de la Biblioteca de Bidebarrieta, José González, implicado por apropiarse de ejemplares que tomó prestados.

El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Bilbao ha procesado, después de siete años de indagaciones y diligencias judiciales, al único autor confeso de los robos, Juan María Abio; el auxiliar de la biblioteca Imanol Medrano; Carlos Basas, hijo del fallecido archivero municipal Manuel Basas, y los dos libreros y el subdirector de Bidebarrieta citados.

El auto del magistrado señala dos vías diferentes en el expolio: en la primera implica a Medrano y Abio, quienes habrían vendido ejemplares a Madariaga y Boulandier, por lo que obtuvieron más de ocho millones de pesetas, y en la segunda apunta a Basas, por trasladar fondos municipales a su casa de Valladolid, y a González, por quedarse con tomos prestados.

Fuentes judiciales confirmaron ayer que sólo tres de los seis procesados han recurrido en el plazo establecido, por lo que el juez deberá resolver si mantiene sus acusaciones contra ellos. El defensor de González anticipó que si no prospera su recurso lo llevará a la Audiencia Provincial. Estos trámites demorarían varios meses el escrito de calificación del fiscal, que es quien debe determinar las penas para cada uno de los seis implicados. La defensa de González sostiene en su recurso que por su trabajo como catedrático de Griego se llevaba ejemplares a su casa, pero que los devolvía posteriormente. 'No tiene sentido que se lleve libros por importe de 160.000 pesetas', sostiene.

Este caso se destapó a principios de 1995, cuando el Ayuntamiento de Bilbao denunció ante los juzgados el expolio de los libros y documentos tanto del Archivo de Garellano como de la Biblioteca de Bidebarrieta. La desaparición de estos volúmenes se remontaba a 1983.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de octubre de 2001